Cuatro Dias que Cambiaron la Historia 15

Capitulo 15

En los cuarteles subterráneos de la resistencia

Todo había sido un caos, muchas cuevas se derrumbaron y los heridos estaban por montones, Ferb y sus amigas estaban corriendo de un lado a otro moviendo heridos y ayudando a Stacy para atender a los que pudieran, Perry estaba trabajando a marchas forzadas para rescatar a gente enterrada bajo los escombros y Candace… estaba aterrada sujetándose de su madre, habían cientos de razones para tener miedo, la historia que les conto Jeremy y cómo fue que la cueva comenzó a derrumbarse después de esos temblores, todos los refugiados gritando que un tal "littleboy" había despertado y buscaban desesperados un lugar donde pudieran estar a salvo, Linda miraba a su hijo Ferb guiando y dando instrucciones, se desenvolvía muy bien en una situación tan estresante, dentro de su cabeza habían mil cosas que luchaban por salir, ella estaba en Shock ya que según lo que Jeremy les conto ella era tan responsable como Candace de lo que paso en la segunda dimensión, nunca creyó que un acto tan normal y mundano para un padre terminaría con un mundo sumergido en tiranías locales, en una nueva edad media, donde cada ciudad era regida por un gobernante absoluto y despótico, ella y su hija se habían hecho a un lado, su esposo estaba ayudando a las personas que podía, podía ver que Ferb realmente se parecía mucho a su padre, allí estaba su esposo cargando gente desconocida, ayudándolos, tranquilizándolos, era la primera vez que su plática vaga y sin sentido ayudaba en algo positivo, el se ponía a hablarles a las personas que estaban sufriendo terribles dolores, por allá una mujer estaba a punto de perder la pierna, pero su esposo con sus ocurrencias logro sacarle una sonrisa, ese era su esposo, un hombre que puede hacerla sentir bien y alegrarle el día con unas cuantas palabras, después de todo, que su esposo influenciara en Phineas fue algo muy positivo, ella era una mujer afortunada, ella… ¿que había hecho ella?… todo el día anterior había pensado en castigar a sus tres hijos y no dejarlos ver la luz hasta que tuvieran 25 años, si hacia eso ella… ¿qué estaba haciendo ella?… ella estaba allí… en un rincón… con su hija temblando de miedo en un rincón… en un rincón… rincón… si Phineas estuviera allí ella lo obligaría a quedarse junto a ellas y que no hiciera nada, después de todo, ellos no tenían nada que ver con lo que pasaba… eso era un error, miraba a su esposo y a su hijastro, los dos estaban dando su mejor esfuerzo para salvar cuantas personas pudieran, si Phineas estuviera allí la abría hecho a un lado y hubiera corrido a ayudar a todos los que pudiera, mientras ella… miraba a Candace… vio la diferencia entre su hija y sus hijos, ellas habían tomado una mala decisión y ¿qué hacían?… temblaban de miedo en un rincón… y su esposo y su hijastro, no tenían nada que ver con lo que ocurría, pero ellos estaban ayudando a extraños, sonrió y se levanto despegando a Candace de ella.
-hija levántate-
-ppeee pee pero mama… ¿Qué es lo que esperas obtener?-
Dijo Candace sujetándose de su madre como una plaga.
-no necesitamos obtener nada hija-
Candace se despego de su madre y la empujaba de regreso a su rincón.
-pero ellos nos odian, si vamos nos atacaran y… y… ¡nos harán cosas malas!-
Linda comenzaba a ver a su hija con mucha compasión, la pobre tenia tanto miedo, pero nadie la podría culpar de eso, incluso ella tenía miedo de moverse, porque cada vez que ella movía un musculo, los cañones de varias armas apuntaban donde ella y la regresaban al rincón más cercano.
-Candace hija… eso no debe de importarnos, ayudarlos es hacer lo correcto, no porque nos vallan a agradecer o porque queramos que nos admiren-
Pero la respuesta de su hija la decepciono.
-¡Esas personas no son nuestros conocidos ni nuestra familia!… después de todo ¡nosotros no tenemos nada que ver con lo que pasa!…-
Linda se golpeo la frente llena de vergüenza, no porque su hija dijera esas palabras, sino porque ella misma había pensado eso apenas unos segundos antes, parecía que su hija era igual que ella, o quizás más bien a Lindana, Candase parecía que había reaccionado.
-Siiii no es nuestra culpa… si no fuera por el invento de Phineas y Ferb ¡¡¡nada de esto habría pasado!!! Si… después de hoy… ¡¡¡nunca tomaran sus herramientas de nuevo hasta que tengan 25 años…!!!-
Candace fue callada por una bofetada de su madre.
-deja de decir eso… según dijo Jeremy en nuestro mundo existe un Doofenshmirtz, ¿quieres que esto le pase a nuestro Danville?-
Candace miro a su alrededor.
-eso es imposible, esto no nos puede pasar a nosotros, no tenemos nada que ver con lo que les pasó a ellos-
Linda preparaba otra bofetada, pero se contuvo, ella torció los ojos y corrió a ayudar a su esposo con una anciana que necesitaba ayuda, ella miro donde su hija y la vio allí, sentada en el suelo mientras murmuraba, evadiendo la realidad que la rodeaba, encerrándose a sí misma en un mundo superficial y mundano, decía cosas sin sentido como ser la líder de las porristas, ser popular toda la escuela media, casarse y muchas cosas que no cabían en la situación actual, Linda tendría una charla muy seria con su hija cuando regresaran a casa.

En la superficie

Las personas entraban a las "naves" que estaban sobre los escombros de Danville, mientras los hombres más fuertes del pueblo trataban de amarrar la enorme estatua entre dos grandes barcos para que la levantaran y pudieran llevársela con ellos a su nuevo hogar…. Donde quiera que sea ese lugar… el almirante Flynn caminaba a la nave principal seguido muy de cerca por sus invitados de la otra dimensión, al llegar, caminaron a un costado buscando un lugar por donde entrar, Phineas no soltaba a Isabella por nada del mundo, caminaban abrazados muy fuertemente, ella hacía rato que salió del Shock, pero aun tenía muchas preguntas como para bajar la guardia, ella miraba aquel enorme barco, encallado tierra adentro varios cientos de metros, era increíble que esa cosa hubiera llegado volando de quien sabe dónde, una rampa que cae frente a ellos la saca de sus pensamientos, varios soldados bajan corriendo y se ponen a cada lado de la rampa haciendo guardia y saludando marcialmente, de lo alto de la rampa comenzó a bajar una linda chica pelinegra, el almirante Flynn sonrió mas al verla.
-me alegra verte q…-
Aquella chica de cabello azabache le dio un fuerte golpe en el estomago que lo dejo sin aliento y lo puso de rodillas en el suelo.
-¿Por qué tardaste tanto en dar la señal? Debías de darla ¡¡dos minutos cincuenta y siete segundos después de que entraras a la ciudad!!-
El almirante Phineas se enderezo y reía levemente.
-ja ja… aauhcc... lo siento pero tenía que esperar a que activara al robot gigante-
Una vez que termino el "regaño oficial" los soldados rompieron filas y regresaron a bordo de su nave, dejando a los almirantes parados uno frente al otro, aquellos "otros" Phineas e Isabella cruzaron sus miradas, se saludaron marcialmente y quitaron sus emblemas, Phineas e Isabella se quedaron muy sorprendidos, la morena tomo al almirante del cuello de su camisa y lo beso de manera muy apasionada en la boca, y después le dio una fuerte bofetada.
-¡nunca más te desvíes del plan! Podría haberte pasado algo ¿¡no sabes lo que me pasaría si te lastiman o te llegara a pasar algo!?-
En menos de un segundo, pasaron de ser dos soldados a una pareja enamorada, en un segundo más, ya estaban abrazados, disfrutando el poder estar juntos una vez más, se despegaron un poco y se quedaron mirándose el uno al otro, perdiéndose en los ojos del otro mientras el sol de la mañana los iluminaba desde atrás, una hermosa escena después de la ola de destrucción que cayó sobre Danville, Phineas miro a Isabella y se puso rojo, pero aun así no la soltaba, aquellos "otros" Phineas e Isabella se soltaron y caminaron de regreso a la nave, el almirante Flynn les hizo una señal y lo siguieron al interior del barco, mientras estaban subiendo por la rampa Phineas miraba las antenas del enorme barco preguntando como hicieron para que ese enorme montón de hierro flotara por el cielo, le pareció ver un borrón verde que caía desde otro lado, por un segundo pensó que parecía una persona, este mundo está de cabeza pero una persona que caía del cielo era una locura más grande que ver a un barco volar, al entrar por la escotilla, Phineas vio como habían logrado que esas naves flotaran, por dentro del casco podía ver los anillos de suspensión anti-gravedad que crearon para dar un paseo en una alfombra voladora, al caminar por los pasillos veía como muchos de sus inventos eran usados como armas, para Phineas eso era aberrante, sus inventos siempre fueron para divertirse y en este mundo, sus inventos eran usados para la guerra, siguiendo a los almirantes llegaron al puente, allí no era muy distinto del puente de un barco, todos los que estaban allí salieron y los dejaron solos, pero mientras salía el último de ellos… una pequeña niña de cabello rojo llego corriendo y empujo al soldado, ella tenía los ojos llenos de lagrimas, sollozando corrió con Phineas e Isabella y los abrazo muy fuertemente.
-¡MAMA! ¡PAPA! ¡¡Gracias al cielo que están bien! ¡ESTABA TAN ASUSTADA!-
Isabella abrazo a la pequeña por instinto, igual que Phineas, no sabían quién era esa niña y porque los llamaba papa y mama ni porque sentían la necesidad apremiante de darle seguridad y de hacerla sentir a salvo, los almirantes estaban blancos al ver a Marie abrazando a sus padres, ellos fueron por ella y la separaron suavemente de Phineas e Isabella.
-Marie… querida… ellos son tus papas de la dimensión alterna, nosotros somos tus padres-
Dijo la almirante Isabella de una manera dulce y tierna, Marie entendió lo que la Isabella de la otra dimensión trataba de hacer, evitar que sus padres se enteraran quien era ella en verdad ya que eso podría evitar que ella naciera, Marie se seco las lágrimas y abrazo a la almirante.
-perdona mama, pero ellos también son ustedes, tenía mucho miedo que algo les pasara-
Nuestros amigos estaban con la boca hasta el suelo, ven a esos "otros yo" consolando a una niña casi de su edad y se tratan entre ellos como si fueran una familia, la almirante Isabella los ve y continúa con su plan para evitar que descubran a Marie.
-verán… ella es… Marie… es… es nuestra hija… mía y de Phineas-
La almirante Isabella estaba muy roja al decir esas palabras, igual que el almirante Phineas, Isabella por fin hablo.
-¿no son muy jóvenes para ser padres?-
Marie comenzó a reír, los almirantes la siguieron, en realidad Phineas no sabía qué hacer, veía a esa niña y era imposible decir que era mentira, esa niña se parecía mucho a Isabella y tenía el cabello como el suyo, habían muchas cosas que decían que ella era hija de ellos, aunque el vestido de la niña era muy parecido al de su Isabella, la almirante Isabella le dio un beso en la frente.
-hija tenemos que hablar con ellos… en privado… ve con tu padrino y espera a que regresemos-
Marie tuvo que obedecer, sus padrinos estaban escondidos detrás de la puerta esperando a que saliera, Date se preparaba para regañarla por ir tan imprudentemente a ver a sus padres, Marie salió del puente y se despidió con su mano de sus "padres", la almirante Isabella se sentó en su puesto y el almirante Flynn se paro junto a ella.
-ella es… nuestra hija… vino del futuro para advertirnos lo que les iba a pasar a ustedes, si ella no nos hubiera advertido… no habríamos llegado a tiempo-
Dijo la Almirante Isabella sin salirse de su papel de madre, el almirante Flynn sonrió y dijo con orgullo
-ella uso su propia máquina del tiempo-
A Phineas e Isabella eso les relajo, para Marie era una suerte tener padres científicos, una explicación de una hija viajera del tiempo de otra dimensión parecía lo más natural y lógico para sus oídos, era obvio que no preguntarían mas sobre ella, Isabella y Phineas buscaron un lugar donde acomodarse y escuchar lo que les van a decir.
-tenemos mucho que hablar con ustedes, deben de saber qué es lo que nos ocurrió a los habitantes de esta dimensión…-
Phineas e Isa tragaron saliva, finalmente alguien les explicaría todo sobre la segunda dimensión.